hogar, dulce hogar

Hogar dulce hogar

Ese sitio cálido y acogedor donde normalmente nos sentimos protegidas de todo y por todas…

Tengo una amiga, que  hace años me contaba, cómo tras la muerte de su padre, la tristeza y  la angustia  le invadían inesperadamente en cualquier momento y lugar. Lo único que conseguía calmarla era volver corriendo a su casa, a su hogar, a su lugar seguro.

Lugar seguro. Dentro de las intervenciones que hago en atención psicológica,  una de las primeras incluye el acompañara a la persona a descubrir ese sitio en el que encuentra la protección, la seguridad y la calma.

En la mayoría de las ocasiones, este lugar acaba por ser no tanto una  localización  física, como  una experiencia interna de serenidad y calma; una experiencia interna de protección.

Para que este proceso, el de búsqueda y localización de un lugar seguro, pueda darse, es importante haber vivenciado experiencias de protección y seguridad anteriormente. Mi experiencia en consulta,me ha enseñado  que muchas de estas experiencias se dan en el espacio al que  solemos llamar hogar.

Y es que un hogar no es únicamente un techo bajo el que dormir.

Un hogar no es únicamente ese sitio  donde cubrimos nuestras necesidades físicas.

Un hogar, es algo más.

Hoy en día, muchas personas que en algún momento contaron con ese espacio, ya no lo tienen. Las causas o razones que llevan a una persona a perder su hogar son muchas y de diferente tipo: económicas, sociales, sanitarias, familiares, etc.    (descargar materiales Campaña Cáritas 2014)

Sin embargo, una vez alcanzada esta situación de exclusión residencial, es muy difícil realizar el camino de vuelta al hogar sin ayuda y sin  los demás.

El acceso a una vivienda que sea lo más parecida posible a un hogar es un derecho de todos/as, y creo, que también una obligación de todos/as,  hacer lo posible para que ese derecho quede cubierto.

Por esa razón, hoy 27 de noviembre, se celebra el día de las Personas Sin Hogar. Porque es importante recordar y no olvidar, que todavía hoy en día,

muchas personas no solo carecen de un hogar, sino  de algo mucho más básico y primario: una vivienda digna que no es lo mismo que un techo bajo el que dormir.

 

Yolanda P. Luna

Anuncio publicitario

Un paso adelante para la Psicología de la Intervención Social.

La semana pasada tuve la oportunidad de acudir a una jornada dedicada a la  adolescencia (que no únicamente adolescentes)  en crisis.

Siempre es constructivo e interesante compartir la visión de otros profesionales. Sin embargo, a pesar de la calidad de las diferentes ponencias, algo llamó poderosamente mi atención: la ausencia de la figura de la  psicóloga de la intervención social.

¿Cómo puede ser?- me preguntaba- ¿que de todas las profesionales de los diferentes servicios y dispositivos presentados, no hubiera un espacio para  la psicólogía de la intervención social? ¿Qué está fallando en esta disciplina?

  • Porque el /la psicólogo/a no es solo esa persona que hace psicoterapia.
  • El psicólogo de la intervención social, es ese profesional preparado para ofrecer una lectura y comprensión diferente (y a mi modo de ver global), del comportamiento de una persona o un grupo.

La comprensión de esa manera específica de pensar, sentir y actuar de cada persona. Esta comprensión es el punto de inicio y  tiene que ser tomada en cuenta para establecer una buena estrategia de intervención, sobre todo cuando el objetivo de la misma es la autonomía, la emancipación o la inclusión social.

  • El psicólogo de la intervención social, es un profesional preparada para formar y acompañar a equipos de intervención socio-educativa y psicosocial.

Porque como muy bien decían algunos de los asistentes a la citada conferencia, dar coherencia en la estrategia del equipo psico-educativo,  requiere en la mayoría de los casos de un seguimiento, supervisión y formación constantes de los profesionales (trabajadoras sociales, educadoras, profesorado…) que lo conforman.

¿Cómo se puede si no pasar de una intervención de consecuencias inmediatas a comportamientos y conductas específicas y concretas (fugas, incumplimiento de normas, negativismo, etc) a otra que, además de lo anterior,  realice una lectura más amplia de lo que sucede con esa persona para poder así establecer el itinerario que más se adapte a su situación?

  • El psicólogo de la intervención social  está formado y capacitado para plasmar todos esos conocimientos y experiencias en una programación concreta, una intervención eficaz y adecuadamente evaluada

No todo sirve en intervención social, es importante partir de un modelo de intervención.

Es necesaria una evaluación de las diferentes estrategias y pautas realizadas, la formulación de objetivos medibles, el diseño de instrumentos que permitan concretar el alcance de la intervención.

 

Y todo eso, lo hace la psicología de la intervención social (presentación prezi)

Un paso adelante para la Psicología de la Intervención Social..

 

Yolanda P, Luna