Crisis de Pareja y dudas

¿Crees que tu relación se encuentra en punto muerto y ha llegado el momento de pasar página?

Tomar una decisión tan importante como separarse nunca es fácil por eso, darse un tiempo para la  reflexión y buscar respuestas a todos lo interrogantes que nos surgen en esos momentos es una buena estrategia para avanzar con algo más de seguridad y serenidad.

Hoy os propongo un interesante artículo del nytimes en el que se desgranan algunas de las cuestiones sobre las que puede ser bueno reflexionar antes de decidir si dejamos de intentarlo o continuamos luchando …

fuente nytimes

The New York Times le pidió a algunas personas versadas en los desafíos y las dificultades del matrimonio y el divorcio que sugirieran preguntas que puedan hacer que una separación sea más amable o, incluso, salvar la relación. He aquí once de sus ideas:

1. ¿Has dejado claro lo que te molesta de la relación?

“Tú puedes pensar que te has comunicado, pero es posible que tu pareja en realidad no haya escuchado”, dijo Sherry Amatenstein, terapeuta de parejas y autora de libros sobre relaciones.

“Las investigaciones demuestran que las personas solo escuchan entre el 30 y el 35 por ciento de lo que les dicen”, señaló, “porque mientras estamos pensando: ‘Esto es lo que le voy a decir al otro’”.

“Es bueno asegurarte de que has hecho lo que está en tus manos en términos de hablar honestamente con tu pareja”, indicó Colier. Eso podría ayudar a sanar si el matrimonio se disuelve, dijo, porque sabrás que hiciste todo lo posible para hacer que la relación funcionara.

2. ¿Tú y tu cónyuge han dejado claras sus expectativas acerca del papel de cada uno en la relación?

“A veces el problema puede ser tan simple como no entender de qué manera espera tu pareja que te aportes”, dice Hope Adair, quien junto con su exesposo participó en una columna de The New York Times que analizaba matrimonios fallidos. “Es algo como: ‘Esto es lo que las parejas hacen por el otro y tú no lo estás haciendo’”.

Si, por ejemplo, una persona espera que la otra se haga cargo de las finanzas y ella o él preferirían no hacerlo, pueden surgir problemas.

3. Si hubiera una manera de salvar el matrimonio, ¿cuál sería?

Puede ser interesante realizar este ejercicio: en un lado de una hoja de papel o en un documento digital, haz una lista de lo que crees que necesitas para salvartu relación  y del otro apunta lo que debe hacer tu pareja. Asegúrate de que la otra parte haga lo mismo. Es muy importante que los dos hagan el ejercicio. De otra manera, señaló: “Esto puede convertirse con facilidad en una cuestión sobre lo que la otra persona debe hacer”.

4. ¿Realmente serías más feliz sin tu pareja?

“Tienes que considerar con valentía y realismo si lo que estás obteniendo de la relación compensa lo que estás dejando”, mencionó Colier. “Tal vez tu cónyuge ya no te interesa como pareja sexual tanto como te gustaría, pero quizá sus habilidades como padre o madre, su disposición a ayudar con las tareas diarias o el compañerismo pueden compensar lo negativo y hacer que el sacrificio valga la pena”.

Tener una idea clara de lo que es más importante en tu vida puede facilitar la decisión de quedarte o no en la relacion o al menos puede permitir que la tomes de forma menos abrumadora.

5. ¿Todavía sientes amor?

Incluso si tu respuesta es sí, el divorcio puede ser el camino indicado. “Hay muchas razones por las que la gente decide que ya no puede seguir casada, pero nuestras emociones no tienen un interruptor de encendido/apagado”, dice Wendy Paris, escritora especializada en relaciones. “Buena parte del enojo que vemos en los divorcios surge del hecho de que todavía amamos a esa persona, y podemos sentirnos lastimados, faltos de amor recíproco o infravalorados”.

6.¿Cuál es tu mayor miedo si se termina la relación?

“Para algunas personas, puede ser el miedo de ser solteras de nuevo: el miedo de quedarse solas por el resto de su vida”, apunta Colier. “Para otros, se trata del miedo de perder la intimidad física”. Comprender cuáles son esos miedos puede ayudarte a decidir si el divorcio es la mejor manera de proseguir, señala.

7. ¿Estás dejando que la posibilidad del divorcio arruine la imagen que tienes de ti mismo?

Darse cuenta de que el divorcio puede estar en puerta a menudo hace que la gente se sienta fracasada, sostiene Wendy Paris. En lugar de obsesionarte con las maneras en las que quizás te equivocaste, ve el final de la relación “de manera que te empodere más”, sugiere, concentrándote en lo que hiciste bien.

Por ejemplo: “Realmente intenté que funcionara la intimidad”, o: “Estoy buscando distintas opciones para descubrir lo que es mejor para todos”.

8. ¿Cómo pueden manejar el divorcio para minimizar el daño a los hijos?

“Si realmente son infelices juntos, divorciarse es lo mejor que pueden hacer”, aseveró Amatenstein. “Pero siempre serán padres de sus hijos. Van a seguir estando en la vida del otro. Deben pensar en cómo harán esto y evitar usar a los hijos como carne de cañón”.

9. ¿Estás preparado para las tensiones económicas que puede conllevar un divorcio?

La ruptura acarreará importantes cambios en la faceta económica que es bueno tener en cuenta.  Hay muchas cosas que van a cambiar… y pueden despertarse miedos y temores. Es importante que te sientas sostenida a nivel económico para sentirte segura.

10. ¿Estoy listo para solucionar los detalles del día a día de los que se hacía cargo mi cónyuge?

“Nos preparamos para la mayoría de las demás transiciones importantes, pero el divorcio puede parecer la erupción de un volcán”, afirmó Paris, “y nuestra falta de preparación es un aspecto más del caos”.

Debes comprender que posiblemente ahora tengas que pagar cuentas o ser el que va a las reuniones de padres y maestros por primera vez en años. Si tienen hijos, ¿quién será el responsable de hacer que sigan su calendario de actividades?

11. ¿Cómo evito cometer el mismo error en el futuro?

A veces el problema puede estar en algunas actitudes nuestras y no tanto en esa persona con la que compartimos la vida: saber tener alternativas de ocio, aprender a disfrutar de las cosas de la vida, mantener amistades… son elementos que no van intrínsecamente unidos a la pareja y tienen que ver más con nosotras mismas.

Si peleas con tu cónyuge respecto a qué familia visitar durante las vacaciones, el mismo conflicto puede reaparecer en un matrimonio futuro. La Dra. Doukas señala que los cónyuges capaces de darse cuenta de su contribución a los problemas maritales en ocasiones pueden cambiar el rumbo y posiblemente salvar la relación o, si no es así, hacer que la próxima dure más tiempo.

Yolanda Pérez

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Guía para el Buen Divorcio

La ruptura de una pareja es una situación de crisis considerada como uno de los acontecimientos vitales  mas estresantes  que puede vivir una persona. Cuando la pareja que decide separarse tiene hijos en común, el dolor de este proceso puede resultar traumático para casi todos sus miembros.

Independientemente de las causas que lleven al final de la relación e incluso independientemente de quién tome la decisión, la separación abre  un proceso de duelo que será necesario elaborar para seguir adelante y poder recuperar la confianza en la validez del amor y de las relaciones de pareja.

Parece que actualmente la duración media de los matrimonios se sitúa en quince años y medio aproximadamente. Según esto, muchos son los matrimonios o parejas de hecho que terminan en separación.  Por esta razón, no está de más tener en cuenta algunas de las pautas que pueden reducir el malestar que de forma inevitable generará este proceso.

Os presento el Decálogo para el buen Divorcio, elaborado por profesionales de los Juzgados de Familia de Málaga:

fuente:cofmálaga

1.ª El divorcio es algo más que un proceso legal

Toda ruptura familiar conlleva además de un proceso legal, un proceso emocional, personal y psicológico . El sistema judicial aborda las cuestiones legales pero no las emocionalese.

El proceso emocional necesita tiempo para ser superado. Tiempo y algo más porque

Para elaborar un duelo hace falta tiempo pero

Solo el tiempo no hace que un duelo se elabore de forma apropiada.

2.ª El problema no es el divorcio, sino el “mal divorcio”

La ruptura de la relación entre la pareja no debería ser perjudicial para los hijos/as. Es la mala manera de desarrollar esa ruptura de pareja lo que acarrea consecuencias negativas para los niños/as. Los hijos/as pueden superar la situación si sus progenitores cooperan entre sí para llevarla a cabo de forma no traumática.

Habitualmente me encuentro en consulta con padres y madres preocupados por las consecuencias del divorcio (traslados de una casa a otra, vacaciones y otras celebraciones por separado) sin reparar en que el mayor generador de malestar para los niños  es la excesiva judicialización de la ruptura y la desacreditación mutua en la que a veces se cae por la dificultad que en ocasiones muestran sus padres para llegar a acuerdos.

Separar en lo posible el proceso emocional del legal, permite llegar a acuerdos, reducir la judicialización del proceso y dedicar más tiempo a la recuperación

3.ª De común acuerdo todos ganan
Las rupturas familiares en las que no existe acuerdo se centran en las críticas mutuas y aumentan las tensiones entre los progenitores y demás miembros del núcleo familiar, pues se basan en la búsqueda de un culpable. En cambio, las rupturas de mutuo acuerdo favorecen el clima de diálogo entre los progenitores y generan un ambiente más favorable a las relaciones de los hijos/as con éstos, pues miran al futuro, facilitando que cada uno asuma mejor su nueva situación.

4.ª Se separan los padres, no los hijos/as
La separación, el divorcio o la ruptura de una pareja de hecho supone la desaparición de un vínculo entre los adultos, iniciándose otro tipo de relación familiar entre padres-madres e hijos/as. Ambos miembros de la ex-pareja tendrán que realizar un gran esfuerzo por  ser facilitadores del vínculo de sus hijos con su padre o madre a pesar de la separación.

5.ª La separación no supone la pérdida de ninguno de los progenitores

Ambos progenitores, a ser posible conjuntamente, deben explicar a sus hijos/as, de manera que puedan entenderlo, que se van a separar o divorciar. Esta información debe transmitirse en un clima de coherencia, confianza y cariño, pero sin alentar falsas expectativas de reconciliación. Deben asegurar a sus hijos/as que seguirán siendo queridos (evitar sentimiento de abandono), que no son culpables de nada (evitar sentimiento de culpa) y que ambos progenitores van a seguir ocupándose de sus vidas.

6.ª Los hijos/as no son propiedad exclusiva del padre o de la madre
Aunque se haya conferido la guarda y custodia de los menores a uno solo de los progenitores, ambos continúan siendo imprescindibles para el crecimiento y maduración de los hijos/as y la ausencia de cualquiera de ellos supone la falta de un soporte afectivo fundamental para su desarrollo. Las actitudes de “posesión” sobre los hijos/as que excluyen al otro progenitor perjudican gravemente a los menores. Han de evitarse también actitudes que impliquen despreciar, minusvalorar o desautorizar al otro progenitor.

7.ª El divorcio no pone fin a las obligaciones compartidas con respecto a los hijos/as
Tras el divorcio el padre y la madre deben seguir manteniendo un diálogo lo más fluido posible sobre todas las cuestiones que afecten a los hijos/as. El cuidado diario de los menores requiere una organización y distribución de tiempo y, aunque el ejercicio de la guarda y custodia lo lleve a cabo principalmente uno de los progenitores, ambos continúan siendo responsables al compartir la patria potestad. Ello significa que como progenitores tienen la obligación de consultarse y comunicarse de manera honesta, fluida, abierta y regular las decisiones importantes en relación a la educación, desarrollo físico, intelectual, afectivo-emocional de sus hijos/as. Deben evitarse las discrepancias y contradicciones educativas para evitar chantajes emocionales, alianzas y manipulaciones de los hijos/as.

8.ª Lo importante es la calidad de la relación con los hijos/as
La relación de los hijos/as con el progenitor con el que no conviven habitualmente ha de ser periódica, constante y gratificante. Es un derecho de su hijo/a. La obstaculización, interrupción e inconstancia en el régimen de relaciones repercute negativamente en la estabilidad emocional de los hijos/as y les genera graves perjuicios psicológicos.

9.ª No utilizar a los hijos/as
Aunque la relación de los adultos o su ruptura haya sido extremadamente dificultosa a nivel emocional se debe dar prioridad a las necesidades de los hijos/as. No utilice a sus hijos/as en el conflicto que le pueda enfrentar con su cónyuge o conviviente, ni canalice a través de los menores las tensiones que la ruptura le genere a usted.

10.ª Facilitar la adaptación del menor a las nuevas parejas
Es frecuente que tras la ruptura uno o ambos progenitores rehagan su vida sentimental con otra persona. La introducción de esa tercera persona en la vida de los hijos/as ha de hacerse con tacto, y progresivamente, a ser posible cuando la relación esté suficientemente consolidada. Debe dejarse bien claro al niño/a que ello no supone renunciar a su padre y/o madre.

 

Yolanda Pérez