Cinco estrategias para dinamizar un grupo

dinamizando grupos

Hace unos años, empecé a compaginar el trabajo y demás ocupaciones, con  el estudio de francés, un idioma que siempre había tenido ganas de aprender.

Como no encontraba la manera de asistir a clases, estudiaba sola desde la universidad a distancia que, aunque tiene sus limitaciones, me permitía ir avanzando a mi ritmo.

Hace poco, debido a la baja en una clase de otra persona, he podido ¡por fin! apuntarme a un pequeño curso de este idioma, lo que me ha permitido volver al estatus de estudiante por unos días.

Es cierto muchas otras veces asisto a cursos de fin de semana o de tardes, pero nada comparado con compartir durante semanas varias horas seguidas con un mismo grupo y un mismo espacio.

El ambiente me recordó un poco a un trabajo que tuve hace bastantes años como educadora en un Centro de iniciación profesional.

Las diferencias entre aquella experiencia y esta, además de mis años de más, son dos: que en este caso yo soy la  alumna y que  la clase está formada por personas adultas. Bueno, realmente tendría que decir  que las diferencias son  tres: que la profesora lo hace infinitamente mejor de lo que yo podía hacerlo entonces o ahora.

Ya puestos en la clase, además de estudiar francés, no he podido evitar fijarme y tomar buena nota de las estrategias que la profesora pone en práctica y que me parecen super-eficaces para motivar a un grupo y mantener su atención durante la tarea.

1. Dominio de la materia
Parece una tontería hablar de semejante evidencia, pero seguramente todos/as hemos tenido la desgracia de estar en clases  o cursos llevados a cabo  por personas que ni sabían, ni tenían el mínimo interés por la materia que estaban dando.
Si la persona que te enseña conoce bien lo que imparte, trasmite de alguna manera que es posible aprenderlo y que igual hasta merece la pena hacer el esfuerzo.

2. Entusiasmo y actitud positiva
Trasmitir interés por el contenido y centrar la atención en los avances del grupo, favorece la motivación y disminuye el desánimo que aparece cuando la tarea se va complicando.
Si se dosifica la complejidad de los contenidos y la dificultad aumenta cuando lo anterior está afianzado, es más fácil avanzar.

3. Tareas planificadas y estructuradas

Para que lo anterior sea posible, la persona que dinamiza el grupo de aprendizaje, trabajo, etc, tiene que planificar la sesión con anterioridad, anticipándose en lo posible a las dificultades que puedan surgir. De esta manera podrá proponer herramientas que le permitan a la persona o al grupo hacerles frente.
Cada grupo es diferente, tiene su ritmo y lo que ha servido en uno, puede no tener ninguna utilidad en otro.

4. Variación de la metodología
Utilizar modos diferentes de presentar la información favorece su asimilación por los diferentes canales de percepción (videos, audios, trabajos en grupo,etc) y por tanto su aprendizaje.
5. Control del tiempo.
Tener en cuenta el tiempo, supone tener en cuenta los ritmos de atención que generalmente son cortos. Realizar diferentes tareas o ejercicios  y controlar los descansos, dificultan la evasión mental de los/as integrantes del grupo, mejorando el clima de trabajo y facilitando el aprendizaje.

Yolanda P. Luna

 

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Desarmar a personas negativas

mafalda para blogEstas últimas semanas me encuentro inmersa  en la búsqueda de una localización para  mi nueva consulta. La verdad es que estoy muy sorprendida del tiempo que me está llevando. Pensaba que sería algo más sencillo.

La parte positiva es que esta ocupación me está permitiendo vivir experiencias, curiosas.

La última, hace un par de días con  un agente inmobiliario que, desconozco por qué razón, se resiste a enseñarme una de las oficinas que tiene para alquilar.

La primera vez que hablé con él, colgué pensando que quizá le había pillado en un mal momento o en un mal día, así que  decidí obviarle y continuar con mi listado.

A los pocos días, contacté con otra  oficina, una de las que más me gustaba por ubicación pero, cuando descolgaron el teléfono al otro lado… sorpresa!

me di cuenta de que había vuelto a toparme con el antipático agente de la vez anterior.

– Buenos días. Llamo por la oficina que tienen  anunciada para alquilar …

Ah, esa! ¿Para qué la quieres?

– Estoy buscando algo del tamaño que ofertan que me permita desempeñar varias tareas. Una de ellas será para atender a mis pacientes, soy psicóloga.

Bah, ¡otra psicóloga! Pues esta no te interesa, ya te lo digo. Están como tres o cuatro en el mismo edificio y tal y como están las cosas…

– Ya… la verdad es que me gusta mucho esa calle. Por eso le he llamado.

No sé, no sé. Tantas consultas en un mismo edificio.. Tampoco creas que está tan bien ubicada… Además el precio no está bien calculado, seguramente sea algo más y ¡ya no lo podemos bajar más!

Todo eran pegas dentro de su monólogo. No daba crédito  a su despliegue (¿por qué tendría tanto interés ese señor en frustrar mi visita a esa oficina?).

Viendo que mi  paciencia empezaba a terminarse, tenía que buscar una manera hábil de cambiar el tono de la conversación para concertar una cita y conseguir mi objetivo, ver la dichosa oficina.

Tal y como vemos en el ejemplo, en ocasiones nos toca lidiar con personas difíciles. A veces pueden ser personas a las que sorprendemos en un mal momento o mal día. Otras, nos topamos con  personas de carácter obstinado, que parecen tener el no a flor de piel en cualquier conversación.

  • Sea cual sea la razón de su comportamiento o malestar, pensamientos como el que me asaltó a mi en la conversación (¿por qué quiere frustrar mi visita?)  no harán sino aumentar mi malestar, generar un mayor enfrentamiento y alejarme del objetivo que quiero conseguir.

– Desarmando al crítico

A pesar de que no siempre nos guste aceptarlo, dentro del mensaje crítico, hay una parte de razón.

  • Admitir la parte acertada de su mensaje y retomarla como punto de unión, ayuda a rebajar el nivel de tensión de la persona que tenemos enfrente, facilitando el resto de la conversación.

En la situación relatada podría haberlo hecho con una intervención del tipo:

Pues sí, es verdad que la situación no es la ideal (admito parte de su punto de vita) y  puede parecer que tener varios profesionales de la psicología  cerca es competencia pero, busco un sitio en el que la gente realice trabajos similares al mío.

o

me imagino que ahora es más difícil alquilar que antes, pero yo estoy buscando una localización para mi empresa puede que la suya sea lo que necesito

  • Evitar un enfrentamiento directo, no reaccionar desde la emoción.
  • Intentar empatizar con la persona negativa, tratando de comprender su actitud.

Limitaciones de la técnica

  • Esta estrategia no sirve para cambiar al otro. Cada persona decide la actitud vital con la que se enfrenta a su día a día.
  • Sí resulta útil para llegar a cierto entendimiento, rebajar el nivel de tensión de la comunicación y facilitar el logro de nuestros objetivos en un momento concreto.
  • Está claro que si la persona negativa es alguien con la que tenemos que lidiar diariamente, no será siempre tan sencillo.Antes de utilizarla, es bueno valorar si el estado emocional de la otra persona y el propio va a facilitar su uso correcto. En el caso de que la negatividad y el ataque por parte del interlocutor sean muy elevados, puede ser mejor usar  la atención selectiva (responder unicamente a la parte del mensaje que no contiene elementos negativos o descalificadores).

Yolanda P. Luna