Un paso adelante para la Psicología de la Intervención Social.

La semana pasada tuve la oportunidad de acudir a una jornada dedicada a la  adolescencia (que no únicamente adolescentes)  en crisis.

Siempre es constructivo e interesante compartir la visión de otros profesionales. Sin embargo, a pesar de la calidad de las diferentes ponencias, algo llamó poderosamente mi atención: la ausencia de la figura de la  psicóloga de la intervención social.

¿Cómo puede ser?- me preguntaba- ¿que de todas las profesionales de los diferentes servicios y dispositivos presentados, no hubiera un espacio para  la psicólogía de la intervención social? ¿Qué está fallando en esta disciplina?

  • Porque el /la psicólogo/a no es solo esa persona que hace psicoterapia.
  • El psicólogo de la intervención social, es ese profesional preparado para ofrecer una lectura y comprensión diferente (y a mi modo de ver global), del comportamiento de una persona o un grupo.

La comprensión de esa manera específica de pensar, sentir y actuar de cada persona. Esta comprensión es el punto de inicio y  tiene que ser tomada en cuenta para establecer una buena estrategia de intervención, sobre todo cuando el objetivo de la misma es la autonomía, la emancipación o la inclusión social.

  • El psicólogo de la intervención social, es un profesional preparada para formar y acompañar a equipos de intervención socio-educativa y psicosocial.

Porque como muy bien decían algunos de los asistentes a la citada conferencia, dar coherencia en la estrategia del equipo psico-educativo,  requiere en la mayoría de los casos de un seguimiento, supervisión y formación constantes de los profesionales (trabajadoras sociales, educadoras, profesorado…) que lo conforman.

¿Cómo se puede si no pasar de una intervención de consecuencias inmediatas a comportamientos y conductas específicas y concretas (fugas, incumplimiento de normas, negativismo, etc) a otra que, además de lo anterior,  realice una lectura más amplia de lo que sucede con esa persona para poder así establecer el itinerario que más se adapte a su situación?

  • El psicólogo de la intervención social  está formado y capacitado para plasmar todos esos conocimientos y experiencias en una programación concreta, una intervención eficaz y adecuadamente evaluada

No todo sirve en intervención social, es importante partir de un modelo de intervención.

Es necesaria una evaluación de las diferentes estrategias y pautas realizadas, la formulación de objetivos medibles, el diseño de instrumentos que permitan concretar el alcance de la intervención.

 

Y todo eso, lo hace la psicología de la intervención social (presentación prezi)

Un paso adelante para la Psicología de la Intervención Social..

 

Yolanda P, Luna

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10 Fascinantes Hechos Psicológicos

10 fascinantes hechos psicológicos (por cortesía de Alberto Rubín Martín)

La psicología es una ciencia relativamente joven. En 1879, su fundador, Wilhelm Wundt, comenzó a realizar investigaciones en psicología experimental y desde entonces, nuestro conocimiento ha crecido de forma imparable.

Actualmente, está surgiendo la psicología positiva, centrada no solo en resolver los trastornos psicológicos de las personas, sino en fomentar el desarrollo de habilidades, promoción de las fortalezas y el desarrollo y superación personal de las personas.

La curiosidad y el interés por de los psicólogos los ha llevado a investigar hechos psicológicos de las personas que suelen ser desconocidos. Veamos 10 de ellos:

1-No recordamos los eventos como realmente fueron

Aunque creemos que tenemos  capacidad para recordar los eventos y situaciones como realmente ocurrieron, solemos grandes fallos.

Los eventos que ocurren tras el evento original pueden cambiar la memoria del evento original. Si por ejemplo, tuviste una relación de pareja muy buena y al final tuvisteis un problema o discusión importante, este último hecho puede marcar toda tu memoria.

2-No podemos hacer más de una tarea al mismo tiempo

Seguro que has intentado ver la TV mientras lees o estudias.

La investigación ha demostrado claramente que solo podemos hacer una tarea al mismo tiempo. Me refiero a tareas cognitivas: solo puedes pensar en una cosa al mismo tiempo, solo puedes entender algo al mismo tiempo. Puedes leer o escuchar, escuchar o escribir, escribir o escuchar…

La única excepción es que puedes hacer una tarea mental mientras haces otra tarea física que ya sabes hacer muy bien; por ejemplo hablar por teléfono mientras andas o mientras montas en bicicleta.

3-Leemos más rápido las líneas largas pero preferimos las cortas

Investigaciones han demostrado que 100 palabras por línea son la longitud idónea para leer más rápido en la pantalla. Sin embargo, la gente prefiere una longitud media o corta de 45 a 72 palabras por línea.

La investigación también muestra que la gente puede leer una columna de forma más rápida que muchas columnas, pero prefieren muchas columnas.

Ya sabes el motivo de que en los periódicos y revistas suelan poner reportajes y artículos redactados en muchas columnas.

4-Sobreestimamos nuestra reacción a hechos futuros

Solemos sobreestimar la reacción que vamos a tener a eventos futuros placenteros o displacenteros.

Si el evento es negativo, predecimos que estaremos muy tristes o desanimados durante mucho tiempo. Si el evento es muy positivo, predecimos que estaremos pegando saltos de alegría.

Sin embargo, no es así: ni cuando nos toca la lotería pegamos saltos de alegría y salimos corriendo por las calles, ni cuando suspendemos un examen nos llevamos dos semanas con la cabeza baja.

La realidad es que nos mantenemos en el mismo nivel de estado de ánimo la mayor parte del tiempo y este nivel se suele mantener.

5-Las marcas afectan a las áreas cerebrales más antiguas

Las áreas cerebrales que se desarrollaron antes son también llamadas cerebro reptiliano. Esta región cerebral está afectada continuamente por lo que podemos comer, lo que nos supone un peligro y por el sexo. Además, se preocupa más por lo que podemos perder que por lo que podemos ganar.

Pues bien, las marcas (sony, adidas, kellogs, iberia…) activan esta región cerebral porque le transmiten la idea de seguridad. Un nombre de marca nos es conocido y nos transmite positividad (siempre y cuando la experiencia que hayamos tenido con ellas haya sido positiva) y por tanto seguridad.

Por tanto, si has tenido experiencias positivas con una marca, tenderás a repetir y si has tenido experiencias malas tenderás a no volver a comprarles.

6-Podemos mantener hasta 150 personas en nuestro círculo social

Robin Durban realizó un estudio con diferentes grupos culturales y en distintas zonas geográficas, demostrando que nuestro cerebro se limita a guardar información de hasta 150 personas.

Aunque tengas más de 500 amigos en facebook, las personas que realmente conoces bien se limitan a las 150.

7-Cuando cometemos un error lo atribuimos a la personalidad y no a la situación

Es lo que se conoce como “error de atribución”. Digamos que vemos a una persona tropezar por la calle. Es probable que pensemos que la causa de esa caída ha sido la personalidad, que es torpe o algo inherente a la persona.

Este fenómeno es más pronunciado en las culturas individualistas, como la estadounidense.

8-Nos preocupamos el 30% del tiempo

Según Jonothan Schooler, de la Universidad de Santa Barbara, nos preocupamos un 30% del tiempo y en algunos casos, como en las personas con el síndrome de ansiedad generalizada, puede ser hasta un 70% del tiempo.

9-Miramos a otros cuando no sabemos qué hacer

Es el fenómeno de la validación social: cuando no sabemos qué hacer, miramos a otros esperando una respuesta o preguntamos.

10-Elegimos las primeras opciones de las listas

Es un conocido efecto psicológico el hecho de que solemos elegir las primeras opciones de las listas. Por ello, las personas involucradas en ellas luchan tanto por aparecer primero.