El Apego: reacción del bebé en la Situación Extraña

A través de la vinculación afectiva, aprendemos a querer y ser queridos. La figura de apego como base segura permite explorar un mundo desconocido desde la seguridad y la confianza
A través de la vinculación afectiva, aprendemos a querer y ser queridos. La figura de apego como base segura permite explorar un mundo desconocido desde la seguridad y la confianza

El estudio sobre el apego tiene sus orígenes en dos figuras principales: John Bowlby y Mary Ainsworth.

Una de las principales aportaciones de esta segunda fue la evaluación de éste lazo afectivo a través de la «situación extraña»

El apego es uno de los conceptos más importantes para comprender la dimensión relacional y afectiva del ser humano.

Al apego es un  lazo afectivo que el bebé establece con un número reducido de personas, habitualmente las encargadas de su cuidado, que le impulsa a buscar la proximidad y el contacto con ellas a lo largo del tiempo. (Ainsworth y Bell 1970)

La importancia de esta vinculación es tal que condiciona y determina la seguridad y el éxito con el que  el bebé explora y se enfrenta a un  mundo desconocido para él, utilizando como base segura a su figura de apego.

A través de los estudios realizados, se pudo determinar la existencia de varios patrones de apego:

  • Seguro: Se quejan la figura de apego desaparece y dejan de explorar. Buscan la proximidad con ella cuando vuelve y la usan de base segura para la exploración.
  • Inseguro Evitativo: No se quejan con la separación y cuando vuelve tiende a ignorar o evitar a su figura de apego. 

Inseguro Ambivalente: Se estresan profundamente con la separación y reciben la vuelta con ambivalencia que puede llegar a ser enfado.

Desorganizado: con características del evitativo y ambivalente es el menos frecuente.

Para ello se utilizó la siguiente situación de evaluación:  situación extraña

 La capacidad de vinculación afectiva del ser humano se mantiene a lo largo de toda la vida  y a pesar de experimentarse cambios las figuras de apego, es habitual que se mantenga la tendencia vincular establecida en la infancia.

Una capacidad de vinculación basada en la seguridad favorece la adaptación, la flexibilidad y la confianza

Yolanda P. Luna

 

Anuncio publicitario

Los trastornos mentales tienen un riesgo de mortalidad más elevado que cualquier otra enfermedad

El malestar emocional siempre conlleva una pérdida de la calidad de vida de quien la sufre.

Cuando este malestar nace de una enfermedad mental, no solo se compromete el bienestar del día a día sino también en muchas ocasiones la vida misma.

La mortalidad y el suicidio en personas que sufren enfermedades mentales es elevado. La depresión, el trastorno por consumo de alcohol, el abuso de sustancias, son según la OMS, importantes factores de riesgo de suicidio. Así lo establece  también una meta-revisión publicada en junio en la revista World Psychiatry.

Tal y como señalan los autores de la investigación, la última revisión de este tipo se realizó en el año 1998, por lo que resulta de especial interés para los investigadores, clínicos y responsables de las políticas sanitarias, disponer de datos actualizados, con el objetivo de priorizar las intervenciones y organizar los recursos de manera más eficaz.

Para realizar el estudio, los investigadores reunieron datos de revisiones sistemáticas y meta-análisis publicados desde 1998 hasta febrero de 2014 sobre mortalidad y suicidio en poblaciones con diferentes trastornos mentales. Finalmente, seleccionaron 20 revisiones sistemáticas y meta-análisis, referentes a 20 trastornos mentales, englobando una muestra de más de un millón de pacientes.

Según los resultados, en conjunto, los trastornos mentales presentaron un riesgo mayor de mortalidad en comparación con cualquier causa de muerte entre la población general, siendo el abuso de sustancias y la anorexia los trastornos mentales que encabezaron la lista de mayor riesgo de mortalidad. Asimismo, el riesgo de mortalidad asociado a la esquizofrenia y al autismo fue al menos tan elevado como el del consumo de tabaco.

Respecto al suicidio, los trastornos mentales que presentaron mayor riesgo fueron el trastorno de personalidad Borderline, la anorexia nerviosa, la depresión y el trastorno bipolar.

La reducción de la esperanza de vida también fue elevada para la mayor parte de los trastornos mentales. Específicamente, el trastorno depresivo mostró una reducción entre 7 y 11 años, el trastorno bipolar entre 9 y 20 años, los trastornos por abuso de sustancias entre 9 y 24 años, la esquizofrenia entre 10 y 20 años y los trastornos de personalidad entre 13 y 22 años.

Los autores señalan que si bien las muestras utilizadas estaban constituidas mayoritariamente por pacientes hospitalizados y por tanto, pueden no ser representativas del colectivo de pacientes con trastorno mental, los datos ponen el acento en la importancia de la prevención y de la atención temprana en salud mental.

 

Fuente:

Chesney, E., Goodwin, G. M., & Fazel, S. (2014). Risks of all‐cause and suicide mortality in mental disorders: a meta‐review. World Psychiatry, 13(2), 153-160

 

 Yolanda Pérez