Empatizando con los deberes

IMG_3911Ya llevamos unas semanas de curso así que, inevitablemente: Los deberes.

Un momento «especial» en el que no siempre es fácil mantener el tipo y donde podemos pasar de ofrecer paciencia infinita a sacar ese pequeño ogro que todos llevamos dentro.

 Hace unos días, al llegar a casa y antes de empezar con las cenas y demás hice la pregunta mágica:

– ¿No has tenido deberes hoy?

-Si…

– ¿Y no los has hecho?

– Todavía no

– Pues, creo que en vez de ver dibujos, vas a tener que hacerlos aunque sea ya un poco tarde. Para otro día, le tienes que decir a T…, que tienes  deberes y así empiezas con ellos antes.

Ya con la cara cambiada y algo compungido por la falta de ganas, mi hijo se puso a terminar su tarea. Ese día consistía en copiar varias frases en dos idiomas diferentes.

La hora y el cansancio no  facilitaban que pudiera superar la dificultad de lo que tenía que hacer. Cuando  ya casi llorando me enseñó el resultado, lleno de borrones de tanto intentarlo, decidí decirle que por ese día era suficiente y que lo dejara.

-Me parece que estás cansado y  es un poco tarde, otro día es mejor que empieces con los deberes   antes.  Eso sí,  sin dibujos te quedas.

De todas formas, no tiene por qué salirte a la primera ¿quieres que te enseñe la letra que hacía yo cuanto tenía tu edad?

Se me quedó mirando sorprendido.

-¿No me la has visto nunca?-  Bueno, pues hoy en vez del cuento cuando te vayas a la cama,  si quieres lo miramos  y te enseño todas las  faltas de ortografía que hacía y lo que me costaba hacer la letra.

Y de esta manera, terminamos el día revisando la letra de la primera página de un diario que empecé a escribir a su edad, y también la de algunas postales de Navidad que compañeras del cole me habían enviado también cuando teníamos seis o siente años.

-¡Pero ama, aquí  te has comido una letra!

– ¡Ah majo! ¡ Qué te crees!, ¿que es fácil aprender a escribir? Pues no. Ya me acuerdo yo de la rabia que me entraba cuando me había comido una letra o cuando veía que algunas compañeras ya escribían con boli  y yo seguía con el lápiz.

  • Empatizar con nuestro hijo/a, una tarea no siempre  fácil
  1. Por que a pesar de que nuestro interés pueda ser otro (que termine una tarea y los lleve perfectos, por ejemplo)  tratar de  entender y aceptar cómo se siente y devolvérselo,  es una parte muy importante para que ellos  puedan ir realizando este proceso por ellos mismos más adelante.
  2. Frases como:

«no es suficiente, puedes hacer más»

«en vez de llorar ponte a trabajar y sigue con ello»

«este resultado esta bien pero tienes que mejorar»

Aumentan la exigencia y la culpa y normalmente no mejoran el rendimiento a largo plazo.

Nuestro objetivo puede ser que se motive para seguir avanzando pero, enviar un mensaje contradictorio (me alegro pero no me alegro porque tienes que mejorar) es contraproducente y genera estrés y ansiedad.

3. Empatizar nos permite diferenciarnos de ellos, dándoles permiso, y dándonoslo,  para que sean personas diferentes de nosotros.

El ..yo a tu edad ya sabía hacer…, no hace sino aumentar su angustia por no colmar nuestras expectativas.

Ponernos en el papel de espectadores que acompañan y que ponen lo medios para que puedan avanzar, teniendo claro  que la meta la tiene que ver y definir nuestro/a hijo/a.  

4. Relatarles (en algunas ocasiones, no constantemente) nuestras experiencias de  aprendizaje o las de personas cercanas (lo que nos ponía nerviosos, lo que nos costaba más o incluso no conseguimos) es una sencilla manera de incitarles a hablarnos de situaciones que les preocupan o les ocupan.

Ayudan también a dar normalidad a sentimientos a los que no siempre  nos apetece enfrentarnos: vergüenza, culpa, miedo, etc.

Yolanda P. Luna

Anuncio publicitario

Publicado por

Psicóloga en Bilbao Yolanda Pérez

Mi nombre es Yolanda, soy psicóloga, vivo cerca de Bilbao y a través de éste Blog os contaré anécdotas de la vida cotidiana relacionadas con aspectos de la psicología. Estudié psicología en la Universidad Pública del País Vasco hace ya unos cuantos años. Tras hacer formación en Drogodependencias, decidí cursar un Master de Psicología Clínica Legal y Forense en la Universidad Complutense de Madrid (1999-2001). Compagino el trabajo por cuenta ajena con la labor en consulta en bilbao. Mi abordaje se basa en el enfoque cognitivo-conductual, criticado en muchas ocasiones, pero asombrosamente efectivo la mayor parte de las veces. Para paliar las carencias que le veía a este modelo, he ido ampliando horizontes con técnicas que integran de forma amable y respetuosa la dimensión afectiva:Hipnosis Clínica y Focusing y acompañamiento en procesos de duelo desde una perspectiva humanista. Casi todas las personas con formaciones parecidas a la mía (psicólogas, educadoras sociales, trabajadoras sociales…) nos hemos planteado en algún momento qué nos ocurrió durante nuestra tierna infancia para elegir esta profesión. Tras casi veinte años en ella, he descubierto algunas razones… no todas. En cualquier caso, con todo lo aprendido y mucho de lo vivido, me ofrezco a acompañarte en tu proceso de recuperación. Puedes contactar conmigo para realizar una consulta o solicitar una cita. mail: psicolunablog@gmail.com tlf 656742682 Bienvenid@!! Podéis contactar conmigo o realizar consultas a través de: psicolunablog@gmail.com. Bienvenid@s!

2 comentarios en «Empatizando con los deberes»

  1. Todo lo comentado por Yolanda en este artículo hace relación a «herramientas no sólo para una comunicación activa y eficaz con nuestros hijos sino también para reforzar un vínculo afectivo sano con ellos, siempre y sobre todo, en aquellos momentos en los que necesitan ser sostenidos y comprendidos por alguien importante para ellos, como los padres. De la misma manera en consulta, es importante ir creando el vinculo terapéutico con la persona que acude en busca de ayuda y herramientas como las autorrevelaciones, en las que el profesional comparte experiencias personales son muy efectivas si se realizan cuando el vinculo ya está bastante consolidado y no se abusa de ellas. Ayudan a normalizar, a acortar la distancia entre paciente y terapeuta. De la misma manera, que en el caso de nuestros hijos, es importante con el uso de las autorrevelaciones, no restar protagonismo al paciente o minusvalorar con ellas lo que con esfuerzo nos revela en la intimidad o bien abrumarle con nuestras propias preocupaciones. Elisa Herrero. Psicoterapia Humanista.

    Me gusta

    1. Gracias Elisa.

      Muy cierto lo de sostenerles cuando lo necesitan.

      Me encanta la parte en la que hablas del trato a las revelaciones en el espacio terapéutico.

      Me gusta

Cuenta tu experiencia!!

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s